miércoles, 27 de noviembre de 2013

La planificación patrimonial familiar constituye un acto de responsabilidad

Para el bienestar del individuo y de su familia

La planificación patrimonial a nivel individual, y sobre todo a nivel familiar, constituye un acto de responsabilidad. Su objetivo es adquirir, conservar, administrar y disponer de lo necesario para garantizar, en todo momento —incluso después de la muerte—, el bienestar del individuo y de su familia.

A estos efectos, es necesario hacer un análisis de las distintas opciones económicas, financieras y legales. Una planificación acertada determinará la tranquilidad y seguridad de saber que el individuo, y su entorno cercano, puede acceder a un patrimonio disponible tanto para garantizar sus expectativas a corto, medio y largo plazo como para cualquier eventualidad financiera que pudiera producirse. Se aseguran los recursos económicos necesarios para mantener en cualquier momento y ante cualquier circunstancia el nivel de vida deseado.

La crisis económica, los despidos laborales, la incapacidad permanente, la jubilación… son ejemplos de situaciones que pueden hacer reducir los ingresos familiares.

La estrategia más adecuada para cubrir las necesidades de la familia implica tomar decisiones en distintas cuestiones:

-Asuntos personales que tienen consecuencias patrimoniales, tales como matrimonio o convivencia estable, régimen económico matrimonial aplicable, gestión de patrimonio en caso de incapacidad sobrevenida, tutela de hijos…

-Ingresos: optimización fiscal de los mismos.

-Patrimonio: invertir en bienes inmuebles y productos financieros adecuados a su perfil inversor y edad. Se debe tener en cuenta, ahora más que nunca, además de la rentabilidad, el riesgo, la liquidez, el plazo de inversión y las necesidades de recursos financieros a corto, medio y largo plazo.

-Riesgos empresariales: protección del patrimonio familiar de los posibles riesgos derivados del negocio.

-Jubilación: la situación de los sistemas de seguridad Social ha hecho indispensable obtener recursos económicos complementarios. El ahorro para la jubilación permitirá un retiro manteniendo el presupuesto deseado. El mismo debe ser dinámico, ya que las circunstancias del inversor cambian y los mercados también.

-Sucesión personal: establecer a quiénes se desea dejar el patrimonio y en qué proporción (respetando las legítimas) puede evitar conflictos familiares. Además la atribución de determinados bienes a ciertas personas o utilizar la disolución matrimonial para minimizar los costes fiscales son instrumentos que pueden ser utilizados.

-Sucesión empresarial: organización de la misma, nombramiento de sucesor…

En la planificación patrimonial familiar, todo gira alrededor de la persona y su entorno más cercano, su familia. Se ha de evaluar el estado patrimonial actual, flujos de ingresos y gastos previstos, capacidad de ahorro presente y futura, impuestos, jubilación y herencia. Se trata de un proceso “vivo” que se desarrolla en el tiempo y se va adaptando a las diversas expectativas y circunstancias cambiantes a lo largo de la vida.

Fuente: Funds people.com

2 comentarios:

Alfonso Sainz de Baranda dijo...

Lo cierto es que hacer una planificación correcta es MUY complicado.
Requiere tener unos grandes conocimientos o contratar a alguien que los tenga lo que hace que la mayor parte de la gente nunca la haga.

Afortunadamente, yo creo que para la mayoría de las personas unas reglas simples les valdrían.

¿Cuáles dirías que son Didac?

Dídac Darder dijo...

Disculpa la tardía respuesta Alfonso. Ya sabes, final de año y las fiestas son mala combinación.

En respuesta a tu pregunta, te diría que la gestión de la economía personal es una responsabilidad indelegable para la que todos debemos estar preparados. Por eso, antes de nada, es indispensable adquirir unos conocimientos básicos sobre finanzas personales. La comprensión de conceptos y productos financieros es necesaria para manejar las finanzas de forma responsable e informada.

La diferencia entre las finanzas personales y la planificación financiera es que con conocimientos en finanzas personales uno puede desenvolverse en el día a día. En cambio, la planificación financiera, además, te permite tomar decisiones adecuadas a las circunstancias, necesidades y expectativas de cada uno y mejorar la gestión de los riesgos que se asumen. Reflexionar sobre esto último te permite anticiparte en el tiempo y determinar qué instrumento financiero se adapta mejor a cada objetivo.

Por otro lado, la planificación financiera se lleva a cabo siguiendo un protocolo de trabajo. Es cierto que alguien con conocimientos en finanzas personales, puede llevar a cabo parte de la planificación financiera (definir la situación financiera, concretar, cuantificar y delimitar en el tiempo los objetivos financieros, etc.). Sin embargo, se requiere de un profesional especializado en la materia para llevar a cabo el resto del proceso.

En mi caso, lo primero es determinar la educación financiera del cliente para adaptar la comunicación y facilitarle la comprensión. Después con el cliente fijamos las partes del proceso de la planificación en las que va a contribuir (definir la situación financiera, concretar, cuantificar y delimitar en el tiempo los objetivos financieros, etc.). Seguimos con el análisis del perfil inversor. Elaboramos el plan financiero. …y para terminar, se hace una formación al cliente sobre aquellos aspectos que no tiene del todo claros.