viernes, 9 de mayo de 2014

¿Te arrepientes de haber comprado casa?

"Todo a nuestro alrededor nos incitaba"

Un estudio reciente en Estados Unidos ha revelado que uno de cada cuatro propietarios se arrepiente de haber comprado casa. La mayoría piensa que
compró una vivienda que no podía permitirse o simplemente adquirió la casa incorrecta por tamaño, ubicación, calidades... ¿Qué pasaría si hiciésemos esa misma pregunta en España? ¿Cuál sería la respuesta?

En España no existen trabajos de campo en este sentido, pero basta con preguntar a algunos expertos del mercado inmobiliario para constatar ese mismo arrepentimiento, especialmente entre quienes compraron en pleno boom inmobiliario puesto que todos ellos están viendo cómo su vivienda vale ahora un 40% o un 50% menos que cuando decidieron adquirirla, y lo que resulta aún más preocupante, la mayoría tiene una hipoteca cuyo valor es muy superior a lo que obtendrían si hoy decidieran vender su casa. Para que nos hagamos una idea, más de medio millón de españoles se encuentran atrapados en inmuebles que valen menos que sus hipotecas, según datos del portal Kelisto.es.

Se suponía que la vivienda siempre subía y era una inversión segura. Nada más lejos de la realidad. Desde máximos, los precios han caído entre un 35% y un 50%

"Yo me arrepentí el mismo día que estaba firmando en la notaría hace seis años. Compré una casa que no sentía que pudiera llegar a ser mi hogar y además lo hice cuando más caros estaban los precios", explica a El Confidencial Agustín, uno de los miles de hipotecados que desearían poder dar marcha atrás en el tiempo y haber esperado. Pero ¿por qué compraron si no estaban convencidos de lo que hacían?

"Todo a nuestro alrededor nos incitaba a comprar. Hubo un secuestro del sentido común en el que participó todo el mundo. Desde las madres que empujaban a sus hijos a comprar porque alquilar era tirar el dinero hasta el Gobierno con sus medidas económicas o los periodistas que insistían una y otra vez en la solidez de los precios", explica a El Confidencial Fernando Encinar, director de estudios de idealista.com.

José Luis Echevarría, uno de los socios fundadores de la agencia inmobiliaria Monapart identifica un culpable más: los agentes inmobiliarios. "Si al agente sólo se le retribuye teniendo en cuenta el éxito de la operación y no la satisfacción del comprador estamos ante una trampa mortal porque para quien trabaja y quien le paga no es el que compra, sino el que vende. Se debe a él y no entra a valorar si la vivienda que está a punto de vender es la mejor opción para el comprador".

"Además, se suponía que la vivienda siempre subía y, por tanto, era una inversión segura". Nada más lejos de la realidad. Desde los máximos de 2008 la vivienda ha caído, de media, entre un 35% y un 50%, según la fuente que se consulte. "No nos esperábamos que los precios fueran a caer y mucho menos, que fueran a hacerlo con tanta fuerza. Las reglas del mercado no se aplicaban al inmobiliario", apunta Encinar. "Cuando compramos un coche, por ejemplo, asumimos que en el momento que sale del concesionario vale menos. Pero con la vivienda nunca habíamos vivido esta situación. El mantra era que la vivienda nunca cae y, por tanto, no lo veíamos como cualquier otro activo financiero".


Fernando Encinar está convencido de que son muchos los que lamentan hoy en día haber comprado casa. "Probablemente más, quienes lo hicieron entre 2005 y 2007 porque fueron los que compraron más caro". Y es precisamente este componente económico el que, según José Luis Echeverría, nos diferencia de los adquirientes arrepentidos en Estados Unidos. "Ellos tienen la sensación de no haber comprado la vivienda adecuada mientras que en España veo un arrepentimiento puramente económico. Se arrepienten de haber comprado demasiado caro".

Aunque también hay de lo primero. Agustín compró su casa de dos dormitorios y 60 metros cuadrados sin ascensor antes de que nacieran sus hijos Daniela y Martín. El piso no sólo se les ha quedado pequeño. "El colegio y la guardería no están demasiado lejos, pero, al ser en el centro de Madrid, la guardería es bastante cara. Además, el centro de salud está algo alejado y no hay un parque en condiciones en el que puedan jugar los niños. Si pudiera vender lo haría y me iría a un piso y a una zona mejor preparada para una vida en familia. Pero no puedo. Si vendiera no podría cancelar la hipoteca. Así que la única opción que tenemos y que nos estamos planteando es irnos a vivir de alquiler y poner en alquiler nuestra casa". Una opción por la que se han decantado muchos hipotecados.

Aunque no todos se arrepienten de la casa que compraron. Incluso cuando los precios estaban en máximos. "Quien compró en plena burbuja pero puede pagar su casa y además compró la que quería, la que se adecuaba a su estilo de vida, no creo que se arrepienta de la opción tomada", apunta Fernando Encinar, quien recuerda cómo en 2003 comenzó a manifestar públicamente su preocupación por la burbuja inmobiliaria. "En 2008 y después de varios años alertando sobre ella y con los precios sin parar de subir, habíamos perdido toda la credibilidad".

¿Comprar o alquilar?


Llegados a este punto, la pregunta parece evidente. Y ahora, ¿es buen momento para comprar o mejor alquilamos? Fernando Encinar lleva años repitiendo el mismo mensaje. "Comprar es un tema de ciclo vital. Además de una decisión financiera entran en juego otros factores como si tienes o no tienes familia, si tienes pensado tenerla, la estabilidad laboral..."

La crisis ha acabado con la inocencia inmobiliaria. Nos hemos hecho mayores y somos conscientes de los riesgos que asumimos al comprar casa

Y lamenta cómo en estos seis años de crisis los españoles han perdido la libertad para decidir comprar o alquiler. "Hace ocho años teníamos libertad para elegir una de las dos opciones. Ahora ya no. La banca nos ha privado de ella al decidir si nos presta o no lo hace. En función de la decisión de la banca nos vemos empujados hacia una opción u otra".

La crisis también ha acabado con la 'inocencia inmobiliaria'. "Nos hemos hecho mayores en el tema inmobiliario. Somos más conscientes de los riesgos que asumimos al comprar una vivienda. En el ámbito inmobiliario éramos adolescentes y a través del sufrimiento nos hemos hecho mayores", apunta Encinar, que, al igual que Juan Fernández-Aceytuno, director general de Sociedad de Tasación, considera que de la mano de la crisis podría haberse plantado la semilla que permitiría el cambio de mentalidad de la sociedad española, donde tener una vivienda en propiedad está tan arraigado a nuestra cultura.

"En España ha habido una generación de jóvenes, 15, 20 años, los futuros compradores de vivienda que han vivido muy de cerca o en sus propias carnes los efectos tan desastrosos de no poder pagar una hipoteca. Algunos han vivido en primera persona una ejecución hipotecaria. Es esta generación la que ya no ve la compra de una vivienda como algo necesario", concluye.

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